miércoles, 2 de febrero de 2011

Tomar decisiones en función de PISA es lo mismo que conducir un coche mirando solo el cuadro de instrumentos

Cuando realizamos una evaluación educativa debemos tener en cuenta que estamos analizando un sistema complejo. Es por ello que deberíamos recurrir a la teoría de sistemas y realizar evaluaciones sistémicas. En el contexto escolar, los elementos que definen al sistema son tantos que no son manejables, fundamentalmente esto se debe a trabajamos con personas.


Para resolver esta dificultad se está apostando por un modelo experimental frente a un paradigma interpretativo que apostaría por el análisis de la realidad con una metodología de investigación cualitativa. Con un modelo experimental buscamos más el resultado que entender lo que realmente ocurre y que condiciona los resultados obtenidos.


El motivo para que se apueste por modelos de evaluación de resultado, responde más a los intereses de los que organizan y reciben los resultados de dichas evaluaciones, que a las inquietudes y necesidades de los sujetos objeto de estudio. Las evaluaciones ligadas a estándares de calidad están centradas en la comparación de resultados, en lugar de focalizar su atención en los contextos, en las necesidades de cada sistema en concreto.


El problema de las evaluaciones tipo PISA es que el instrumento de evaluación se convierte en la teoría que soporta la propia evaluación. Esto es lo que ocurre por ejemplo, cuando tradicionalmente se ha dicho que la “inteligencia es lo que mide el test de inteligencia”. Sin embargo, no se explica en qué se basa dicho instrumento. En realidad, el instrumento debería ser solo un intermediario, un indicador estadístico.


Intentar entender el sistema educativo y tomar decisiones en función de los resultados en el Informe PISA es lo mismo que conducir un coche mirando solo el cuadro de instrumentos, sin tener en cuenta lo que ocurre alrededor, las características del vehículo, el tráfico que tenemos delante y detrás, mis habilidades al volante, mis emociones y preocupaciones mientras conduzco, las personas que me acompañan en el vehículo, etc.


Un instrumento, como la prueba PISA, puede terminar condicionando el trabajo en la escuela. Esto ocurre por ejemplo, con la prueba de selectividad, que condiciona el trabajo y el currículo de bachillerato. Con PISA podría pasar los mismo en los cursos de ESO y Primaria donde se desarrollar. Lo que no se evalúa con PISA podría quedar fuera de los contenidos, por ejemplo, PISA no evalúa la escritura o composiciones de textos porque es difícil de medir, o ¿cómo medimos la creatividad?, ¿qué pasa con la educación física?, etc. Por ello, es peligrosa la idea que se va extendiendo en el profesorado de que no debemos poner competencias o habilidades en los contenidos si no tengo un instrumento para evaluarlas. En realidad conocemos muchas cosas sin necesidad de medirlas con instrumentos tradicionales, se pueden apreciar a través del trabajo por procesos y el acompañamiento, estos procesos están excluidos de pruebas tipo PISA.


Es necesario una profunda reflexión sobre cómo se están interpretando y actuando a partir de los resultados en PISA.

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